Real Sociedad-UD Las Palmas (la previa): Una cuestión de amor propio

La UD, 84 días sin ganar y con Pimienta bajo la lupa, reta a la Real en el Reale Arena por la salvación matemática (13.00 horas, ‘Dazn’)

Vuelve Araujo; Pejiño y Lemos, descartados

El lateral mexicano Julián Araujo.

El lateral mexicano Julián Araujo. / José Carlos Guerra

Paco Cabrera

Paco Cabrera

Evitar convertirse en la reencarnación de Pako Ayestarán. Ejercicio de dignidad o de Kalamidad. Una cuestión de amor propio. El platillo volante del Reale Arena se presenta como el escenario idóneo para sepultar la gran depresión (13.00 horas, DAZN). Primera ocasión para certificar la salvación, todo un match ball, de forma matemática (vale con la victoria pío pío y la derrota del Cádiz en su exigente visita al Bernabéu) y pasar a otra cosa. En la vuelta del lateral mexicano Julián Araujo, el cuadro amarillo se aferra a la buena imagen mostrada ante el Girona en el Gran Canaria. Los números son terroríficos: seis derrotas consecutivas, un gol en los últimos 573 minutos, una victoria en las últimas doce contiendas y nueve pulsos sin brindarse un señor homenaje. Desde el 10 de febrero en el partenón de Siete Palmas, ante el Valencia (2-0), no se besa el éxtasis.

Un escudo maldito y los efectos delirantes de la desconexión total –como lo definió Álex Suárez–. La Real Sociedad, con seis bajas, se juega su plaza europea en pleno terremoto interno por los rumores de salida de sus estrellas –Le Normand suena para el Atlético del Cholo–. Noventa minutos para encender la luz, huir del serial macabro y liquidar el culebrón Pimienta. El futuro y el crédito del estratega barcelonés Xavi García Pimienta se compromete con el paso de las jornadas. Arde en la hoguera de las vanidades y el desconcierto.

Dudas, el socavón de las seis derrotas consecutivas, que evocan al ciclo Ayestarán, y un Pimi contra las cuerdas. La UD late en un punto crítico de la competición, desde 1960 que no se perdían seis partidos oficiales consecutivos, y el capitán Kirian Rodríguez apela a las bondades del estilo. Desde la poesía o bajo la dictadura del pelotazo, ya solo vale ganar. Seis jornadas y el tanto de Herzog de cabeza. Un bagaje irrisorio, casi provocador. Vale el eslogan de ‘peor imposible’. La renta de once puntos con el abismo del descenso es la única satisfacción.

Volver a las raíces

El once es una incógnita y Pimienta repite a los cuatro vientos que han completado su particular penitencia con sesiones de vídeo del humillante paso por Balaídos. Metabolizar la tarde de la vergüenza. Con Moleiro y Sandro como reclamos de pólvora, la Real tiene su particular atardecer. Tres jornadas sin ganar y dos referentes como Zubimendi y Zubeldia fuera de combate. El Reale Arena es el último plató cinematográfico para los amarillos en este curso de regreso a los cielos cinco años después. Cero goles en los teatros de los sueños de cinco estrellas y un carrusel de decepciones.

Derrotas en el Bernabéu (2-0), Metropolitano (5-0), Olímpico de Montjuïc (1-0), San Mamés (1-0), Mestalla (1-0), Pizjuán (1-0) y Villamarín (1-0). Se acaba la Liga y la UD se empeña en convertirse en calabaza. Contener a los Kubo, Oyarzabal, Mikel Merino, Brais Méndez, Turrientes, Sadiq, André Silva o Sheraldo Becker exige la versión esplendorosa del invierno de oro. La séptima derrota consecutiva podría dejar a Pimienta en modo jaque mate de cara al próximo curso.

Con más de 500 aficionados de Gran Canaria, examen de honor en el Reale Arena. Test a Pimienta. «Les debemos una a nuestros aficionados», repetía Kirian. Hay que hablar en el césped. Tras tocar el cielo en la primera vuelta, tres meses sin ganar es una eternidad. En este cierre insoportable del campeonato, apelar a la furia y al glamour de los legionarios que tomaron La Cerámica, Vitoria o Vallecas. Conocen la melodía, que se acabe la pesadilla de los 84 días.